Los pasajeros de un vuelo de Delta Airlines se llevaron el susto de sus vidas cuando repentinamente el avión empezó a descender, cayendo casi 30 mil pies en aproximadamente siete minutos a mitad de su viaje entre Atlanta y Fort Lauderdale.
Tras el incidente el vuelo se desvió hacia Tampa por precaución y aterrizo sin percances.
Un portavoz de Delta calificó el hecho como “una irregularidad en la presurización de la cabina”.